miércoles, 20 de abril de 2011



No se la razón, pero últimamente estoy echando de menos sentirle entre mis piernas. Abarcarle con ellas a duras penas y sentir su inquietud, su nerviosismo, su energía vital que se me contagiaba desde el primer momento.


Echo de menos el sentir su ritmo, libre, sin ataduras. El ritmo que el quiere marcar…


Sentir un ligero cambio en su cadencia al sentir el vaivén de mis caderas, indicándole un enorme deseo de volar, de que me transporte a un estado de absoluta placidez y liberación que sólo siento en esos momentos.


Echo de menos sentir como nuestros sudores se hacen uno, como se mezclan en el mismo instante en que nuestros cuerpos se enlazan para la gran danza. El momento en que nos fundimos en un solo cuerpo…






Si, últimamente añoro esa sensación… 








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