viernes, 14 de diciembre de 2007

Evidencias

Soy una esclava... He entregado por propia voluntad la propiedad de mi cuerpo y mi alma a una persona q se ha convertido en mi Dueño y Señor.

He aprendido a amarle, respetarle y obedecerle. No podría vivir sin saber que El está ahí.

Está lejos en la distancia, pero muy cerca en mi corazón. Soy feliz por algo tan simple como es el
hecho de verle feliz a El. Su felicidad , su dolor y su deseos son los mios también.

Se que El me cuida y protege, me corrige y me premia. Estoy orgullosa de pertenecerle. Y siempre lo estaré.

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